El mapa viaja más rápido que el territorio que intenta representar. Sólo hace falta trazar una infraestructura lineal, por ejemplo el tren de alta velocidad, para que el mapa se ponga en movimiento. Primero se dará por hecha una vía que no existe, luego se supondrá que, gracias a la construcción de la vía inexistente, la llanura de inundación se ha vuelto ininundable y así habrá empezado una carrera vertiginosa para dibujar lo que de verdad interesa: calles y polígonos. En este punto el mapa coge tales velocidades que llega a fundirse, más bien a refundirse en textos, acuerdos y comisiones urbanísticas provocando la solidificación del suelo programado.
previsiones / velocidad /mapas
/català/
- Plan General de Ordenación Urbana refundido según acuerdo de la comisión de urbanismo de Barcelona.