En menos de diez años se ha formado una laguna salobre de 100 hectáreas y de hasta quince metros de profundidad, que inunda invernaderos y amenaza las casas de Las Norias de Daza, una pedanía de El Ejido. La administración se ve incapaz de aclarar cómo puede solucionar el problema y opta por poner señales de “peligro indefinido”.
¿Cómo nos podemos proteger de un peligro indefinido?
Documentalista: Abel La Calle
En menys de deu anys s’ha format una llacuna salobre de 100 hectarèes i de fins a quinze metres de fondària, que inunda hivernacles i amenaça les cases de Las Norias de Daza, un veïnat de El Ejido. L’administració es mostra incapaç d’aclarir com pot resoldre el problema i opta per posar senyals de “perill indefinit”
Com ens podem protegir d’un perill indefinit?
Yo plantearía la pregunta de otra forma, porque aceptar como válido el término utilizado por la administración para no dar resolución al problema es, en cierto sentido, aceptar los hechos. Así la pregunta podría ser ¿qué debemos/podemos hacer para denunciar esta situación y obligar a la administración a resolver lo que representa un problema medioambiental real?
“Resolver” es una palabra muy compleja en la Laguna del Sapo porque no hay ninguna solución que acabe con el problema: la laguna no se puede vaciar porqué seguirá entrando más agua y ademas es el hábitat de un montón de especies protegidas, tampoco se puede dejar como está porqué cualquier lluvia pone en riesgo al población del lugar. Deberíamos pedir a la administración, primero: que reconozca la existencia de la laguna como masa de agua y la mantenga en buen estado ecológico, cosa que implica la creación de filtros verdes, y segundo: que desarrolle un plan de viabilidad urbanística y agrícola sobre los barrios en riesgo y sobre la gestión de los invernaderos.
En lugar de esto la administración se limita a bombear agua el agua de una laguna que no reconoce.