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Los espectadores terrícolas creían que en  Marte les esperaba una población dominantemente rubia, vegetariana y pacifista, que vestía como los antiguos romanos. Los cargos de poder los ostentaban sólo hombres mayores y todas las mujeres eran jóvenes,  una especie de paraíso ario. Pero en cambio la estación ACTUR-MART-ORELL  iba a ser colonizada con inmigrantes de la Zona Sur, grupos de población  morena, carnívora y desempleada que emprendía un viaje sin retorno.  Las AOI (Agencias de Ocupación Interespacial) acumulaban miles de peticiones  para el programa:

“Si no encuentra trabajo en la Tierra venga a Mart-Orell”.